La naturaleza es inspiración

Hoy en día es común encontrarse con directivos estresados y realizando largas jornadas de trabajo.
Lo cual es indicativo de que ésta persona está cargando con mucha responsabilidad y tomando decisiones que no está asumiendo el resto del equipo o empleados. El tema es que si ésta persona está tomando muchas decisiones es que abajo se están tomando muchas menos de las que se deberían tomar.

Envía mensajes confusos e inconscientes buscando controlar para que las cosas sean de una determinada manera y con miedo a lo que pueda suceder. Lo cual significa que el directivo no confía en la vida y tiene que tener el control, un control basado en miedo, llevándole al colapso y malestar por exceso de carga, promoviendo falta de motivación en los equipos provocando un bajo compromiso, con baja disposición y dando lo justo para pasar, pidiendo, sin darse cuenta, a las personas que actúen como máquinas.
Y si, puede que así logre precisión y control pero a su vez se pierde el potencial de las personas, su conocimiento, su sabiduría y su creatividad.
Impidiéndose cumplir así con su verdadero trabajo, ameno y humano, en armonía con su verdadera naturaleza. Es mostrar cual es el noble propósito que cumple la organización, empoderar a su gente, destapar su potencial e incrementarlo, pasando un tiempo con ellos, descubriendo cómo están, qué les ocurre, considerar lo que quieren expresar, en definitiva establecer un vínculo. Porque crear un vínculo entre directivos y empleados es lo que hace que las personas queramos trabajar, caminar juntas.

Hemos de tener claro que hoy en día las empresas no fracasan por que las personas no cumplen con su trabajo, sino porque no acaban de tener un grato sentimiento hacia su organización, no la sienten como propia, a menudo no comprenden o no encuentran un verdadero sentido a lo que hacen ni un para qué, no tienen claro qué les une ni hacia dónde van y con la sensación de que algo vital dentro de ellos como son sus capacidades, cualidades y talentos quedan mermados o dormidos porque no son tenidos en cuenta.

Esto va a seguir ocurriendo mientras la prioridad esté en hacer dinero, anteponiendo la cuenta de resultados a los empleados. Llevando a la organización a producir al máximo, desconociendo o ignorando el impacto sobre su salud, el entorno y el medio ambiente. Generando una energía que conduce a un ambiente cansino y conflictivo produciendo insatisfacción en toda la organización, lo cual no inspira ni mueve a la acción ni a ser proactivos.

Nos hemos adentrado en una nueva era, la era de la conciencia y precisamente estos comportamientos nos están trayendo a éste punto de darnos cuenta que es momento de evolucionar nuestras conductas y crear nuevas acciones. En un momento dado nos fueron útiles pero ya no nos sirven y tampoco tiene sentido juzgarlas, ni criticarlas, ni negarlas porque han tenido su cometido para nuestra evolución. Ahora ha llegado el momento de soltarlas si queremos avanzar.

Para progresar es fundamental que la organización se convierta en el objetivo de toda la plantilla, en un sistema vivo dónde todos participen, soltar el control de que las cosas han de ser como uno piensa o cómo las cosas tienen que salir, confiando en la vida y en la gente y sé que esto cuesta pero no queda otra que tirarse de bruces contra el miedo, como decía Eleanor Roosevelt  “haz todos los días algo que te de miedo” Solo así podremos darnos cuenta que lo que nos está causando el malestar no es que las cosas no estén controladas sino que es todo aquello que creemos va a pasar.

La transformación primero ha de darse en los líderes, disolviendo la estructura piramidal. Los directivos establecen unas líneas internas que gusten y conmuevan y una vez compartidas los diversos matices del día a día serán tarea de los empleados. Dónde empleados se establecen como prioritarios. De manera que la forma de llegar a los resultados económicos se cede a toda la plantilla creando las condiciones adecuadas que permitan la autogestión y la libertad de proponer cosas nuevas sin miedo, con comodidad, de forma natural,  fomentando la creatividad y la innovación y de este modo por añadidura los resultados llegan.
Hablamos de una organización que difunde que dentro de las responsabilidades laborales de cada uno está el mejorar el trabajo y ofrecer más valor al cliente  dónde se indaga cuales son las barreras que impiden a los trabajadores hacer mejor su trabajo para disolverlas. Dónde existe una comunicación bidereccional, el conocimiento está en posesión de todos y la transparencia es una prioridad estratégica.

Es una empresa que mejora a través del desarrollo y bienestar de sus empleados sabiendo que los resultados humanos y económicos van de la mano.
Con un claro propósito de contribuir a la sociedad mediante una empresa humana que mira por el bien común, con un nuevo aire, una nueva energía que impregna a todos y que comprende que liderar es servir.

En nuestros Trainings Asistidos con Caballos acompañamos a los directivos a obtener un profundo conocimiento personal y organizacional porque sin autoconocimiento no hay evolución, aportando claridad, confianza y foco.
Se comprende qué es crear un vínculo, qué significa y lo practican, creando a su vez un clima de confianza, cooperación, afecto que inspira a la acción.
Dónde los caballos actúan como empleados mostrándonos un claro reflejo de la situación actual de la empresa. De ellos podemos aprender mucho. Es una actividad que ayuda a ver cosas que de otro modo son difíciles de percibir, se extraen nuevos aprendizajes, se cuestionan creencias, se disuelven resistencias y prepara emocionalmente para llevar a cabo una transformación en la organización.

¿Nos vemos en la naturaleza con los caballos?




 Con pasión,

Marianne G.S.

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