¿Abrimos una nueva puerta en las relaciones?

Tenemos la posibilidad de emprender un viaje que nos abre una nueva puerta en nuestra relación con nosotros mismos y con el mundo.
Es trascender la mente para caer en el estado del ser, nuestra naturaleza verdadera.

Si estamos dominados por la ambición, el ansia de poder,
de status, de prestigio, estamos en un estado de contradicción constante porque viene del pensamiento el cual proviene del conocimiento, de la memoria, de nuestro condicionamiento y esto no trae libertad, sino todo lo contrario, el pensamiento tan solo genera más confusión más infelicidad.
De hecho si tomamos consciencia de nosotros mismos, de nuestras actividades, nuestras motivaciones, pensamientos y deseos vemos que vivimos en un estado de contradicción constante.

De manera que hemos de encontrar una acción que no dependa del proceso del pensar.
Para lo cual es fundamental darnos cuenta de la naturaleza de la mente con sus limitaciones, darnos cuenta que la mente es producto de lo conocido, del pasado.
Observemos que la mente está condicionada por la influencia de nuestros padres, profesores, cultura, ideología, religión. Nuestro condicionamiento es muy profundo.
Es entender que todo pensamiento es incompleto porque proviene de la experiencia acumulada, es la respuesta de la memoria.
Entonces si realmente queremos resolver nuestros problemas porque hasta ahora sólo los hemos resuelto superficialmente, la mente necesita liberarse de nuestro condicionamiento y si decimos que es imposible entonces seguiremos siendo unos infelices y ahí termina todo.

Y ¿Puede la mente darse cuenta de este condicionamiento sin introducir el pensamiento?
Cuando la mente se da cuenta que está condicionada entonces deja de intentar cambiar ese condicionamiento porque comprende que cualquier cosa que haga para cambiarlo proviene del pensamiento, por lo que se mantiene en un estado de percepción “percibiendo lo que es”, observando desde un darse cuenta sin juicio, sin evaluación, ni conclusión alguna.

Generalmente lo que hago cuando percibo por ejemplo ansiedad en mi, la mente usa el pensamiento para liberarse de esa ansiedad, empiezo a negociar y a crear la no-ansiedad pero sigue siendo parte del pensamiento y me acabo generando más conflicto o confusión.
Pero si la mente percibe el estado real de la ansiedad, un estado de percepción y nada más, sin condenarla, ni aceptarla, sin querer cambiarla surge un nuevo factor, una cualidad del ser completamente diferente.
Este nuevo factor permite ser lo que uno es, sin querer cambiarlo, sino percibirlo y sentirlo completamente sin que interfiera ningún movimiento del pensamiento. Es ser consciente sin interpretar, es ver las cosas como son sin ninguna opinión, sin buscar un resultado.
Esta “observación pasiva” da origen a una acción que es total. Si somos capaces de hacer eso todo el tiempo entonces es posible resolver nuestros problemas desde la raíz no superficialmente y hacerles frente de manera adecuada.
Y esta es nuestra mayor dificultad porque la mayoría somos incapaces de estar atentos sin que el pensamiento intervenga de permitir que el problema nos cuente su historia sin tratar de interpretarla porque siempre estamos buscando una respuesta, un resultado, una conclusión tratando de abordar un problema, una dificultad, un desafío que siempre es nuevo con un modelo viejo.

Por eso es fundamental que la mente se comprenda a sí misma, su propio funcionamiento, porque sólo así estaremos libres de nuestro condicionamiento y podremos vivir en paz y en armonía con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Con una mente que está atenta sin reaccionar sin condenar uno puede ir al trabajo y ocuparse del resto de las cosas.
La verdadera inteligencia no se obtiene de la especialización, sólo aparece cuando nos damos cuenta limpiamente de todo el proceso del pensar.

Con pasión, 
Marianne G.S. 

DEJA UN COMENTARIO

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.