Te
animo a que hagas una dieta “detox” en
tecnología. Se trata de desconectar el teléfono, el ordenador, la tablet, la
televisión y de manera consciente pasar un día o una tarde desenchufados de
dichos medios y convertirlo en una rutina (semanal, quincenal, mensual), como
tú elijas (puedes estar haciendo otras cosas) para conectarte contigo mismo/a.
Esta
práctica nos puede servir para empezar a tomar conciencia de los sentimientos
de ansiedad y del parloteo incesante de la mente que nos saca de nosotros
mismos con continuas distracciones. Lo cual nos ayudará a desarrollar la
capacidad de estar en el momento presente y expandir la conciencia, para luego llevarlo
a nuestro día a día.
Y
cuando seas plenamente consciente de estas sensaciones, las cuales sientes en
el cuerpo a través de las emociones, permítetelas y siéntelas (tensión,
rigidez, ardor, presión…en el pecho, en el estómago, en la cabeza…) es como si
entraras dentro de ellas, expándelas por todo tu cuerpo y permanece en ellas y
experimenta a ver qué sucede.
Porque
vas a empezar a darte cuenta, que sintiéndolas, estás en el momento presente y
entras en coherencia contigo mismo/a, vas a comenzar a darte cuenta que las
emociones son energía y esas emociones que retumban en tu cuerpo provienen de
tus pensamientos. Con la práctica, te vas a dar cuenta y te vas a decir, ahí están
mis pensamientos, repetitivos, que me causan sufrimiento y que me sacan del
momento presente.
Y es tan claro porque las emociones que provienen de
pensamientos limitantes, tienen una energía, densa, pesada, y el cuerpo lo
expresa a través de gestos, el cuerpo se muestra cansado, hombros
caídos, cara lánguida y abatida…
A medida que te vayas convirtiendo en un
experto/a en percibir tus emociones y sentirlas, a estar en el cuerpo, a estar
en el presente, puedes localizar tus
hábitos destructivos, tus apegos a alguien o a algo, tu apego a tener la razón,
tu apego a controlar, tu apego a sufrir.
Una
vez reconoces estos hábitos de la mente y lo sientes, los puedes soltar y dejar
ir y anclarte de nuevo en la conciencia, en el momento presente, en tu SER y
sentir bienestar, paz y alegría.
Es
importante aprendas a reconocer que sentir las emociones es algo natural.
Durante toda nuestra vida se nos ha enseñado a guardar nuestras emociones a
controlarlas y con ello, perdemos
nuestra alegría y espontaneidad, lo que provoca que, perdamos nuestra capacidad
de estar en el momento presente y lo más importante perdemos la experiencia de
permanecer en la conciencia plena. La conciencia plena es precisamente lo que
me mantiene en plenitud. La conciencia plena es amor, es nuestro SER, nuestra
naturaleza verdadera.
Cuando
empezamos a anclarnos en la conciencia, cuando comenzamos a estar presentes,
entonces podemos darnos cuenta que podemos cambiar los hábitos que nos llevan
siempre a un lugar de sufrimiento.
Porque
cuando estoy en el momento presente puedo conocerme, puedo verme, puedo tener
claridad con lo que existe en este momento, pero si vivo en el pasado o en el
futuro o en mis resentimientos o en mis adicciones, en las culpas, en las
preocupaciones ¿Me puedo conocer a mi misma/o ahí? No, porque cuando vivimos en
nuestras cabezas y estamos llenos de drama y estrés, no estamos conscientes de
nosotros mismos.
Al
principio no es tan simple, pero a medida que vas cultivando una experiencia de conciencia , vas a empezar a
observar los pensamientos y te vas a dar cuenta cuales son los pensamientos que
provocan esa emoción y el apego que tienes a sentirte así. Esa energía tiene un
tema, entonces tienes que darte cuenta, desenmascarar ese tema (no sé, no
puedo, nos soy, no tengo…) y tomar responsabilidad por eso. Así que tú tienes
que tomar responsabilidad y ver esos pensamientos y separar aquello que
necesitas dejar ir y estarte claro que quieres soltarlo.
Cuando
llegas aquí, comienzas a discernir, a separar tu conciencia de tus pensamientos,
dejas de identificarte con tus pensamientos, es decir, a darte cuenta que tú no
eres tus pensamientos y esto es fascinante, es liberador. Porque necesitamos saber que nuestras
limitaciones, nuestros miedos, nuestro estrés, es lo que nos impide
experimentar nuestra naturaleza verdadera.
A medida que
expandimos la conciencia, al estar en el momento presente, podemos ver lo que
nos estamos haciendo (autosabotaje) así comenzamos a dejar ir aquello que ya no
nos sirve. Comenzamos a madurar emocionalmente.
Desarrollar
el SER, es la forma más rápida de crear responsabilidad personal y social. Es
la base de un desarrollo personal saludable y ético, ya que le permite a cada
cual, ser tal como es, sin buscar modificarse para agradar a otros. Además al no cobijar pensamientos,
sentimientos y acciones que vayan en contra de uno mismo, disuelve
progresivamente el comportamiento violento hacia el otro. Lo que lleva a la prevención de actitudes
agresivas y a fortalecer la autoestima, vivir con alegría, creatividad, flexibilidad
y amor.
Necesitamos
experimentar que no somos nuestras emociones, que no somos nuestros miedos que
no somos nuestros pensamientos, sino que somos mucho más que eso.
Así
que… ¿Probamos un día sin tecnología?
¿Qué
tal si comenzamos a conectarnos?
Que
disfrutes del día,
Marianne
DEJA UN COMENTARIO
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.