En la naturaleza no hay líneas que dividen o separan. La naturaleza sabe que simplemente hay diferentes sabores, diferentes colores, diferentes formas, diferentes especies. La naturaleza sabe que la diferencia crea la sinergia.
Los animales son puro amor, puro ser. Los animales perciben la belleza, disfrutan cada momento, están en el presente, aprecian todo. No se preocupan por lo que pueda pasar en el futuro o arrepintiéndose de lo que pasó en el pasado. No se preocupan de su imagen o por lo que vayan a decir los otros o si lo están haciendo lo suficientemente bien.
La naturaleza da lo mejor de sí en todo momento, se siente completa dentro de sí.
La naturaleza no juzga ni quiere ser otra cosa que no es, ni estar en otro lugar.
Los animales y las plantas son felices siendo lo que son y cómo son. No tienen expectativas, ni ideales de cómo deberían ser las cosas, no luchan por una meta a futuro, reciben la vida como llega, sin evaluar, sin condena, sin juicio, sin cuestionamientos ni dudas, sin pelear con la realidad.
Esta es la belleza de la naturaleza que simplemente está embelesada en la tarea de vivir.
La naturaleza se percibe como un TODO, es por ello que es el único modo de vida 100% ecológico y sostenible. Sus sistemas y procedimientos funcionan para el bien común porque sabe así puede conservarse.
Los humanos tenemos una visión incompleta de nosotros mismos. Una visión que entierra la sensación de valía de las personas y limita nuestro talento y potencial. Tenemos una visión de escasez, de carencia, anclados en el miedo, con una percepción individualista que hace que solo nos importe lo nuestro.
Los humanos no tenemos hábitos ni rutinas sostenibles, no dormimos lo suficiente, tenemos niveles altísimos de estrés, llenos de adicciones, conflictos y dramas lo cual nos imposibilita mantener el bienestar y una salud adecuada. Estos hábitos surgen porque valoramos el poder y el dinero por encima de lo ético, del corazón y del dar.
Tal como vemos, los cambios en las políticas no van a lograr que las personas cambien sus acciones.
Ahora si realmente queremos un cambio verdadero, un cambio profundo, el cambio ha de comenzar por dentro de cada uno. Al igual que la naturaleza, tenemos un potencial inagotable para servir al bien común, recordemos que somos naturaleza.
Hasta ahora sabemos lo que es sobrevivir pero ahora necesitamos algo más, necesitamos BIENVIVIR. Para ello es fundamental darnos cuenta quién realmente somos, dejar de identificarnos con nuestros pensamientos porque ahí es donde nace la separación, todos nuestros problemas y malentendidos.
Hemos perdido la conexión con nosotros mismos porque todo el sentido de quién somos está vinculado a los pensamientos.
Dentro de cada uno de nosotros hay un estado que es común a todos dónde hay dicha, paz y seguridad, dónde no hay ninguna interferencia del pensamiento, dónde no hay ansiedad, dónde no hay exigencia.
Es una acción es una energía, es unidad, es la totalidad, es entrega.
Ha llegado el momento de poner ahí el foco, en la conciencia.
La manera más fácil de desarrollar esta capacidad al menos al principio, es observando la naturaleza e interactuando con ella porque ella es este espacio, ese estado.
Únicamente ese estado podrá resolver nuestros problemas.
En mi caso experimenté por primera vez de manera consciente esta energía junto a los caballos, un día tormentoso y lluvioso.
Los caballos estaban sueltos en el campo, yo me encontraba junto a ellos, cerca había unas cuadras dónde nos cobijamos.
Allí nos protegimos de la tormenta y sin buscarlo sucedió.
Sentí el estado de los caballos en paz y armonía.
Yo me sentía abatida, cansada, agotada y fue como un rendirme un entregarme un soltarlo todo…y de forma natural sucedió,
sentí una paz infinita algo desconocido hasta el momento para mí.
Es posible comenzar a descubrir una libertad que no depende del proceso del pensar, en la cual la mente simplemente se da cuenta de todos los conflictos que inciden en ella. Es un darnos cuenta de todo el proceso de la mente con sus limitaciones. Es una acción dónde el pensamiento no interviene. Al hacerlo aprendemos a fluir con la vida con alegría porque nuestro bienestar ya no dependerá de los acontecimientos externos.
Nos empeñamos en buscar afuera lo que está dentro de cada un@.
¿Cómo te llega esto?
¿Crees que ha llegado tu momento?
A través de nuestros programas te acompañamos a darte cuenta quién realmente eres.
Marianne G.S.
La liberación de la conciencia
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