Niños, jóvenes, adultos y caballos…. ¿Por qué?

Porque la perfección de la naturaleza la cual ha creado tantas formas de vida perfectas e inteligentes
no es producto de una mente pensante, por lo que a través de ella podemos percibir otras maneras de ser, de comunicarnos y relacionarnos.

En el caso de los caballos, todo lo que perciben o experimentan no se ve influenciado ni manipulado por razonamientos lógicos ni por la información que pueda estar almacenada en su mente.
Los caballos almacenan los recuerdos como emociones, no como pensamientos, de manera que cada sonido, olor, experiencia les despierta un sentimiento que queda registrado en su interior. No recopilan datos con gran exactitud, ni siguen un razonamiento lógico, por lo que nos cuesta a menudo entenderles ya que normalmente solo concebimos la inteligencia como algo puramente intelectual, intentando comprenderles bajo la influencia y perspectiva de nuestra idea de racionalidad.

No tienen una mente dual (correcto-incorrecto, bueno-malo, izquierda-derecha, luz-oscuridad), de manera que sus funciones vitales se encuentran completamente adaptadas al ritmo natural planetario y viven en el aquí y el ahora, lo cual les permite ser plenamente conscientes de lo que sucede en su cuerpo y en el entorno que les rodea.
Los caballos actúan en función de lo que sienten y no de lo que piensan, por lo que su existencia no está constantemente condicionada. El caballo funciona con energías, recibe tu energía y responde a ella de manera directa y visible por el tamaño que tiene.

Y aquí es dónde quiero llegar, es por esto que interactuar con caballos (no se montan los caballos, a veces ni se tocan) nos abre una nueva posibilidad de indagar y explorar  nuevas maneras de ser, de hacer, de comunicarnos y de relacionarnos. Porque el caballo, busca la armonía  es armonía, su funcionamiento es para el bien de todos. Siempre busca el equilibrio, un balance sano.  Es un gran experto en liderazgo y trabajo en equipo, tienen una sincronización perfecta. Sino no habría podido sobrevivir hasta hoy en día ya que no tienen dientes afilados, ni garras, ni un cuerpo flexible para poder trepar a un árbol.

Es una experiencia que te saca de la teoría por eso en el campo, en la naturaleza, no es solo mental es vivido, muy diferente que estar sentado en una mesa o en una sala, inspira todos los sentidos para avanzar, para aprender, es más de sentir. Se emplean recursos que normalmente no utilizamos, se logran cosas fuera de lo común.
El caballos es un reflejo muy grande y muy sensible a toda emoción, lo escanea todo, hasta a qué ritmo va tu corazón, cómo respiras, fuerte, suave, agitado. Los caballos te dicen lo que es, te dicen la pura realidad lo que ayuda a mejorar de verdad.

Es una buena manera de practicar lo nuevo, de cambiar algo, es un espejo totalmente imparcial. Para el caballo no hay intereses, no le importa a qué te dedicas, cuál es tu puesto, tu rango…El caballo, reacciona a lo no verbal.
Es una propuesta para integrar a través de la práctica lo que quieres ver en ti, en tu grupo, en tu  equipo en tu empresa y experimentarlo.
Los caballos son detectores de la coherencia, de manera que puedes percibir dónde mejorar, dónde están las dificultades y probar nuevas maneras con la respuesta inmediata a lo que va sucediendo.

¿Cómo lo hacemos?
El foco está en las personas, dicen cosas, las exploramos, se aprende desde el asombro, la curiosidad y con experiencias reales. Te das cuenta de cosas que no esperas. Ponemos desafíos ... Es cuestión de inspirar de sorprender de soltar nuestros miedos, cuestionar nuestras creencias, nuestros dogmas, nuestras verdades, de vivenciar nuevas posibilidades y de reconectarnos con nuestra naturaleza verdadera.


Te animamos a que lo experimentes a través de:
-Talleres para directivos (Comité de Dirección 1-2 días de duración)
-Colonias para niños (6-13 años, verano, navidad y semana santa)
-Sesiones individuales de Coaching Asistido con Caballos (jóvenes y adultos)
-A partir de septiembre retiros para el público en general para la expansión de la conciencia (viernes tarde, sábado y domingo, una vez al mes)

Nota: No es una hípica, no se montan los caballos. De hecho se viven cosas que no se experimentan en una hípica.

Texto: Kai Mattern y Marianne Gómez
Bibliografía empleada: Si el humano supiera de Marga Navarro
Para más info: marianne@conectartecon.com   600469083

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