Darnos cuenta …. la llave hacia el bienestar

A medida que voy profundizando en conocerme más a mí misma me voy dando cuenta de las cosas con las que me hago sufrir, me freno o limito.
Y precisamente ayer  tomé conciencia de cómo me gusta recrearme de momentos agradables y quedarme enganchada a ellos incluso un par de días, con ese sentimiento melancólico y anhelando que vuelva, con esa cara de ayyy qué  lástima que se pasó…cómo dice la canción.

Lo bueno aquí es que a medida que me voy convirtiendo a través de la práctica en una experta en el autoconocimiento,  es que ya puedo reírme cuando me pillo en esas situaciones y soltarlas, porque quieras que no es un lugar dónde me aferro al sufrimiento, que no me permite ver más allá y disfrutar del ahora.
Así que es importante aprender a convertirnos en testigos de nuestra mente, es decir a instalarnos en ese lugar de conciencia y sumergirnos en nuestro interior y que nos lleva a ese estado del SER, dónde estamos presentes con nosotros mismos. 

Desde allí me doy cuenta que no soy mis pensamientos y puedo ver mis programas de sufrimiento, observar mis pensamientos repetitivos basados en el temor. Son fáciles de ver porque una vez que lo puedes observar es increíble empiezas a decir: Ahh!!  Allí viene la víctima: el drama del trabajo, el drama de los hijos, el drama de la pareja… y veo que siempre son los mismos viejos dramas  pero con diferentes trajes. 

Si no aprendemos a observar la mente, seguiremos manipulados y controlados por nuestro intelecto o mente pensante, debido a nuestro condicionamiento estresado y ansioso basado en el miedo. Nuestras mentes tienden a refugiarse de manera habitual en un sitio de abandono, negatividad y carencia, lo cual nos impide tener una experiencia del momento presente inocente y libre. 

Desarrollar la capacidad de atestiguar es la clave para desactivar nuestro apego al sufrimiento ya que nos permite observar la incesante actividad de la mente, sin perdernos en ella de manera que irás soltando poco a poco todo aquello que ya no te sirve. 

En nuestros talleres practicamos el ir hacia adentro, anclarnos en ese espacio de conciencia y darnos cuenta de nuestro condicionamiento basado en el miedo, rodeados de naturaleza y caballos, porque son conciencia son presencia en acción y nos muestran el reflejo de lo que estamos siendo en cada momento.  
Los caballos son extremadamente sensibles lo escanean todo, el ritmo de tu corazón, la velocidad de tu respiración, la densidad de tus pensamientos, la energía de tus emociones y sentimientos,  de manera que percibes los cambios, los avances y los momentos en que estás realmente conectado contigo.


Que disfrutes de un nuevo día!

Marianne G.S.

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