¿Qué nos conduce a nuestra verdadera naturaleza?

El pasado fin de semana estuve en un retiro de alto impacto para desarrollar nuestra capacidad, ver posibilidades que desconocemos y tomar las mejores decisiones en cada momento para nuestro propósito vital y profesional.

Aprendimos a utilizar nuestra fuerza e inteligencia innata y atravesar nuestras fronteras y límites del pensamiento a través de los 3 principios fundamentales de la experiencia: “Mind, Thought and Consciousness (impartido por juanjosequesada.com) y me quedó más claro aún que vivimos en un mundo de ilusión y que para despertar es necesario conocer la verdadera realidad, aprender a mantener mi mente en el presente, un espacio en el cual se percibe completamente sin que intervenga ningún pensamiento y emplear el pensamiento de forma práctica (sabiendo que yo no soy el pensamiento), sin que sea el pensamiento quién me gobierne a mí. Disfrutando de ser quién soy, de lo que hago a cada paso que doy en dirección a lo que quiero, centrarme en valorar y apreciar el lugar y las condiciones en las que vivo, las personas que me rodean, los recursos de los que dispongo tanto internos como externos, la salud..., porque desde aquí, conecto con mi verdadera naturaleza.

Desde ahí, elevo mi nivel de consciencia, siendo ésta el grado de sabiduría o verdad absoluta, desde donde puedo conectar, con quién realmente soy.

Para ello necesitamos cambiar el paradigma actual y vernos a nosotros y al mundo de manera distinta, darnos cuenta que somos parte de un todo, para que puedan darse los cambios en nuestro interior, liberándonos de nuestra opresión mental (soltando nuestros condicionamientos, “nuestra película”).

El nivel de consciencia determina el resultado de nuestra forma de pensar, de sentir, de nuestras acciones y nuestro nivel de sufrimiento o de paz. Cuanto mayor es nuestro nivel de consciencia más paz y felicidad, cuanto más bajo, más sufrimiento.

Cada uno de nosotros, sin excepción, puede aprender los pasos que ponen fin al sufrimiento para vivir una vida en paz, plena y con sentido, conscientes, alegres y eficiententemente. Solo depende de nosotros llevarlo después a la práctica, porque la sabiduría sin acción es como un jardín sin regar (Karsten Ramser, concienciaarte.com) y podremos apreciar la belleza de vivir.

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