QUE MODELO DE LIDERAZGO HACE FALTA HOY EN DÍA

Un liderazgo íntegro y transformador



La psicología equina, una gran clave para comprender el liderazgo

Hoy en día los retos a los que nos enfrentamos son de otra magnitud, la vida hoy  es más compleja, más estresante, más exigente, afrontamos retos y problemas inimaginables hace unos años. El mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso, estimulado por los progresos en la tecnología y por la innovación, por consiguiente, el papel del directivo, también está en proceso de cambio.

Necesitamos aprender nuevos modelos efectivos y morales de liderazgo que sirvan de paradigma a otras generaciones, esto implica que no solo será un ejemplo de conducta para su organización, sino para toda la sociedad.

El mercado, la sociedad,  están demandando un  liderazgo efectivo, basado en principios, valores (personas íntegras, es uno de los ingredientes principales para lograr el éxito en la vida), con un alto grado de  autoconocimiento, servicio a los demás y una continua disposición al aprendizaje.

El papel del nuevo líder es un estilo colaborador y participativo, con una clara visión de lo que quiere lograr. Capaces de comunicar esa visión y conseguir que colaboren cómo una unidad. Plantea las metas hacia donde ha de dirigirse la organización, alineando a todos en esa dirección.  El líder del futuro dejará de dar respuestas para pasar a hacer preguntas. Será mucho más diestro en el arte de preguntar que en el de responder, lo cual le ayudará a compartir el liderazgo con sus seguidores. El liderazgo compartido hoy en día, es necesario para la supervivencia de las organizaciones.

Centrado en crear, construir, colaborar, ayudar, ver lo mejor de cada persona,  da lo mejor de sí en cada momento, enfocado en lo que depende de él para cambiar y mejorar las cosas, vive en el momento presente y distanciado de los resultados(es contraproducente pensar obsesivamente en los resultados). Estando en el aquí y el ahora  (dentro de unos límites de tiempo adecuados) sabe que está en el camino de conseguir lo que quiere.

Un buen líder es aquel que guía, influye, enseña,  crea compromiso, Involucra, facilita, inspira, activa y ayuda a crecer, acompaña a que las personas descubran su potencial y áreas de mejora y se hagan cargo de sí mismas. Prevalece el bien social, frente al particular. Es una persona que da ejemplo, lo cual es la mejor forma de enseñar. Es un ejemplo moral a prueba de todo.

Los buenos líderes tratan con amabilidad respeto dignidad y sinceridad a todo el que les rodea  del mismo modo que a ellos les gustaría ser tratados,  prestan atención a las necesidades humanas de sus colegas y sus subordinados y evitan la apariencia del “todo lo sabe”.

Ahora bien, nadie dice que el liderazgo sea fácil, el liderazgo es una elección. El liderazgo es un arduo proceso, es exigente, necesitaremos  ser capaces de saber vivir con la incertidumbre, la ambigüedad y el cambio continuo y tener un compromiso más allá del yo debe ser una constante. Es importante actuar cómo  mentores, guías  y animadores, no como jefes. Desarrollar la conciencia y un alto grado de serenidad, manejar  presiones  y siempre con propósitos y objetivos claramente definidos.

Las dificultades van a aumentar en los próximos años. Nos necesitamos más que nunca los unos a los otros y dar lo mejor de cada uno en cada momento (entrenarnos para ello cada día). Darnos cuenta que  la suma de capacidades, habilidades y esfuerzos de cada uno de los miembros, logra mucho más . Es un trabajarse a si mismo constante, hacer ajustes, saber escuchar, perfeccionar a las personas,  creer en el valor humano y convertirse en estudiante eterno.

En pocas palabras, se trata de un liderazgo menos directo, que centra su atención en una visión y en inspirar valores, en escuchar y atender  a los seguidores y en liderar mediante el ejemplo personal. Donde además, los objetivos y los medios que se utilicen para alcanzar las metas, han de ser compatibles con los valores morales de la sociedad.

De ahí que la naturaleza y en concreto los caballos tienen mucho que aportar sobre este tema, la psicología equina es una gran clave para comprender el liderazgo.  Los caballos son auténticos maestros del liderazgo y trabajo en equipo.

Su habilidad de sobrevivir depende de la cohesión de la manada, la aportación individual y la interrelación entre ellos,  necesitan saber cómo esta cada uno en todo momento. Todos tienen un papel importante dentro del grupo, entienden su rol, qué se espera de ellos y tienen una sincronización perfecta.

Se relacionan a través del lenguaje de las sensaciones y de las emociones. Son capaces de percibir e interpretar perfectamente, el entorno, el lenguaje de su cuerpo y el de los demás y actuar, siempre desde el momento presente

El caballo asume  un liderazgo a través de la influencia. Dependiendo del momento cede el liderazgo, se trata de un liderazgo compartido. Además el líder, hace que cada uno se sienta importante,  sabe reconocer las emociones, tiene una comunicación clara y son sumamente respetuosos.

Estas habilidades, también las posee el ser humano, pero poco habituales en el mundo en que vivimos. Dado el ritmo de vida actual, la mayor parte del tiempo estamos fuera de nosotros, volviéndonos insensibles a lo que nuestro interior nos dice. Son habilidades que no nos han enseñado en nuestra cultura. 

Ahora bien, si queremos mejorar nuestros resultados, debemos prepararnos de una manera totalmente nueva.

Hemos expuesto hasta aquí, el modelo de liderazgo que hace falta hoy en día, y cómo la psicología y comportamiento equino, cumplen perfectamente, con éste tipo de liderazgo. Ahora corresponde adentrarse en COMO el caballo nos puede ayudar a entrenar y desarrollar las habilidades y conductas de liderazgo arriba mencionadas.
Los caballos son extremadamente sensibles, por lo que leen en todo momento, nuestro estado de ánimo, nuestra energía y nuestro lenguaje no verbal. Nos dan respuesta a cómo perciben nuestro modo de actuar (estado de ánimo, energía, lenguaje no verbal), de una manera limpia y honesta, sin juicio ni críticas.
Lo que nos anima a descubrir cómo pensamos, cómo nos comportamos y que está ocurriendo, proporcionándonos, claridad acerca de nuestra conducta. Tal cómo te comportas con el caballo, te comportas en tu vida.


En la interacción con el caballo, en cada ejercicio, buscamos su colaboración y participación, actuando cómo un equipo. El caballo asume el liderazgo o lo cede en quien puede confiar absolutamente. Si no actuamos como líderes, liderarán ellos.
Por otro lado y en equipo con el caballo, la función del coach es realizar observaciones, preguntas, sugerencias, que llevarán al participante a tener mayor claridad de si mismo, encuentre nuevas opciones y una mayor motivación a la acción. 
La interaccion con el caballo nos conduce a la reflexión, un mirar hacia dentro, a tener un mayor autoconocimiento, darnos cuenta de la importancia de conocernos a nosotros mismos, para actuar como verdaderos líderes y no proyectar en los demás nuestras carencias y necesidades no atendidas. Ayuda a ver lo primordial,  para que un equipo funcione. A tomar conciencia de lo que es necesario para mejorar  las relaciones, a ver nuevas posibilidades de actuación y cómo trasladarlo a nuestro día a día.

El líder actual necesita una transformación, siendo de suma importancia que ésta, comience desde su interior. Descubrir su propia fuerza para generar un cambio de manera que guíen a sus colaboradores para alcanzar altos niveles de satisfacción, compromiso productividad, rentabilidad y que además contribuyan al bien común de la organización, de la sociedad y del entorno.


Marianne Gómez Schmidtke